OPINIÓN. El partido ante el Madrid CFF deja la clara sensación de que ha podido desembocar en una derrota en casa, la primera en mucho tiempo. El inicio de temporada está siendo muy complicado para un equipo que hasta ahora transmitía confianza a los aficionados en cada inicio de temporada y no sólo por los títulos cosechados.
Obviamente nada está perdido. El equipo está a un solo punto del sorprendente Depor y del rutilante Barça y con todas las opciones en Champions tras el empate a uno en Manchester. Pero, sin embargo, la imagen dada y los movimientos en el club y cuerpo técnico, llevan a pensar que cualquier tropiezo pueden traer un año en blanco y comienza el run run en la grada y en redes sociales.
Nada está perdido, sólo un punto separa al Atleti del Depor y Barça
No puede ni debe olvidarse que estos cuatro títulos conseguidos y el juego desplegado se han conseguido con una inversión muy modesta y muy alejada de las grandes cifras que se asocian al fútbol puntero. Sería injusto enterrar una labor de dirigentes, técnicos y jugadoras por un posible año en blanco. Un paso atrás tras estos años de buen hacer y de triunfos sería hasta comprensible ante el poderío del Barcelona y el crecimiento del resto de los equipos. Pasemos por tanto a los hechos.
¿Se ha acabado el milagro deportivo y de gestión rojiblanco?
Banquillo. La salida por la puerta de atrás de Sánchez Vera ha hecho recordar las de Villacampa y Sopuerta. La aparición de un perfecto desconocido como Pablo López (elección de perfil bajo) hace pensar en un nuevo conflicto interno, en el que de nuevo rezuma el peso desmesurado de algunas jugadoras en ese vestuario.
Es la gran duda de este proyecto a partir de ahora. Aunque el liderazgo de Lola Romero y María Vargas no se discuta (siempre han acertado en sus decisiones) el puesto de entrenador es clave. En otros cambios, el recién llegado en anteriores ocasiones aportó impulso, criterio, autoridad y sobre todo supo disipar las dudas. Fue una solución.
Es obvio que Pablo López, sin haber tenido la pretemporada, sólo haya podido ser (perdonen la pequeña injusticia) miedoso y haber buscado únicamente que el equipo no se descosa. Es pronto para criticar duramente lo que ofrece y no hay más remedio que darle tiempo.
Plantilla(I) Los cambios en la plantilla: Este equipo lleva años con varias bajas, algunas bastante importantes, aunque comprensibles por la fuerza del Barcelona y el contexto de los contratos de corta duración. Sin embargo en años anteriores, los fichajes con mucha rapidez aportaron soluciones y goles y se integraron casi perfectamente tras poco o ningún rodaje.
Este año no ha sido así, especialmente en cuanto al gol. Ovidchuk, Pantsulaia (casi inédita), Leicy y especialmente Toni Duggan (en relación a las expectativas) apenas han aportado al juego del equipo y parecen necesitar mucho más tiempo para su integración.
Sólo podemos salvar la agradable sorpresa de Strom y la aparición de Sari van Veenendaal en la portería junto a los últimos partidos (y goles) de una Charlyn Corral cada vez más integrada. La lesión de Virginia Torrecilla ha interrumpido la integración más prometedora de todas (y probablemente la más necesaria).
Plantilla (II) El bloque: A pesar las muchísimas salidas cada temporada, un pequeño pasillo de seguridad se ha ido manteniendo estos años. En él residía la fortaleza del grupo y se evitaba «empezar desde cero» sirviendo de referencia para las recién llegadas.
Esta temporada las lesiones de Lola, Silvia Meseguer y Amanda han dejado al equipo casi exento de personalidad. Ni siguiera Ángela Sosa, Kenti Robles o Menayo escapan a las dudas. Tal vez solamente Ludmila escapa a estas dudas por su entrega, su fuerza y sus goles.
El núcleo duro no ha escapado de la atonía y no ha servido de ancla y referencia en lo que va de temporada
El nivel del FC Barcelona: Evidentemente tener un tropiezo con un gran equipo pasa factura. La contundencia del resultado en Barcelona deja dudas (y cicatrices) enormes. Sin embargo, el gran problema fue la fragilidad demostrada en la Ciudad Condal. El Atleti hizo algo ese día que llevaba años sin hacer en Liga, dejó de ser sólido y competitivo. Aunque todos éramos conscientes de la diferencia en cuanto a jugadoras y presupuesto, han sido años en los que el Barça no ganaba o lo hacía por jugadas puntuales en partidos muy igualados. Influye en ese crecimiento del rival la labor de Lluis Cortés y una política de fichajes mucho más acertada y compensada que la del Atlético.
Otros factores: Hay numerosísimos elementos externos que pueden contribuir al cambio a peor en el rendimiento. El contexto social del futbol femenino (con la ausencia del convenio y las tiranteces entre clubes y federación), la convulsión por la aparición de la nueva liga, el cambio de escenario de Majadahonda a Alcalá o la mejoría del resto de los rivales, incluso el cambio mediático por la aparición del Real Madrid pueden afectar. No obstante, no parece que tengan una influencia profunda en el juego los asuntos extradeportivos y organizativos.
Hay muchos factores que afectan a que esta temporada sea atípica para lo que acostumbra a ser el Atleti Femenino
No debe tomarse, como decimos, ninguno de estos factores de manera aislada o ponderarlos encima de los otros. Cada uno influye en los demás o es influido en la misma medida. Seguramente esta situación tenga mucho de tormenta perfecta en lo que todos están afectados. La solución podría venir por un error relevante del gran rival, el Barcelona (a falta de enfrentamientos directos) o la recuperación de jugadoras o el acierto del entrenador.
Repetimos, nada se ha perdido (aún). Tal vez estas malas sensaciones puedan proporcionar lecciones valiosas para el futuro. Tal vez pueda replantearse el proyecto de cara a próximos ejercicios para no caer en los mismos errores. Eso sería lo deseable para evitar un año en blanco y una posible pérdida de identidad mayor que la actual.