Atlético de Madrid 4 (Miranda 11’, R.García 20’, F.Luis 45’ y D.Costa 80’) – Austria de Viena 0
La excelencia tiene un nombre en toda Europa y hoy por hoy se llama Atlético de Madrid. Así es el cuadro colchonero en Europa y, de momento, no hay quien le pare. Tras cuatro jornadas ya ha hecho los deberes y se clasifica como líder de grupo, con pleno de victorias en todos los partidos, escribiendo su nombre con letras mayúsculas en la historia del club. Si el récord en Liga no les pareció suficiente, ahora arrasan en el viejo continente. Bayern y Atlético son los únicos que tienen comprado el billete para la cita en octavos, ahora solo queda esperar quién será la afortunada que se presente.
Simeone sabía antes de empezar que con una victoria serían primeros, ya que Zenit y Oporto nos echaron un cable empatando el partido en la fría Rusia. A partir de ahí el ‘Cholo’ se tomó un respiro dando descanso al ‘Guaje’ que venía rindiendo a un gran nivel. El himno sonó el Calderón, los jugadores se conjuraron antes del pitido inicial y después se pusieron a hacer lo que mejor saben, jugar al fútbol. Es cierto que en los primeros diez minutos el Atlético no llegó a tener el dominio claro del partido e, incluso, en algunos momentos el Austria de Viena pudo poner en apuros a la zaga local. Había que desatascar el encuentro y se hizo de la mejor forma posible, a balón parado. Koke pone el esférico en el centro del área y, tras varios rebotes, le queda muerto a Miranda para que con un zurdazo levantase a todos los aficionados del asiento para cantar el primero de la noche.
El estadio empezó a convertirse en una caldera en la que nadie paraba de animar y los jugadores le respondieron con una auténtica obra de arte. Costa recorre la banda hasta el final y con un quiebro se zafa del defensor para poner un centro con la izquierda a Raúl García que, casi de espaldas, cabeceó de forma espectacular para introducir el esférico dentro de las mallas al palo contrario. Pura magia. El navarro está en un momento dulce de su carrera y cada vez que el míster le da una oportunidad la aprovecha a la perfección; por fin se puede decir que estamos viendo a ese gran futbolista que maravilló en Osasuna.
Con el tiempo casi cumplido, Adrián volvió a ser el de siempre y se llevó a dos adversarios para regalársela a Costa que tendría la contestación del cancerbero, lo que no sabía Lindner es que Filipe Luis andaba por allí suelto, cual depredador, para poner el 3-0 en el marcador.
Con este resultado tan abultado se fueron al descanso y Simeone decidió que era hora de darle el testigo al ‘Niño’ en el Calderón bajo los focos de Europa. Óliver Torres saltó al campo en detrimento de Adrián y la afición lo celebró como un gol más. Pronto lo veremos como algo normal pero es que a día de hoy lo que hace este jugador en sus botas es digno de grandes maestros del fútbol. La segunda mitad sirvió para ver a Guilavogui y al ‘Cebolla’ Rodríguez sobre el campo. Por lo demás, fue una clara superioridad colchonera en la que Óliver tomo el mando tras la salida de Koke.
La bendita rabia de Diego Costa
A falta de quince minutos para el final, el colegiado señala penalti sobre el ‘Cebolla’. Diego inmediatamente coge el balón, lo planta en el punto fatídico, mira al portero y lo falla. Lindner estuvo más listo que el delantero y Costa no se lo podía creer. Llevaba varios disparos fallados y Lindner, con diferencia el mejor de los visitantes había estado colosal parando al brasileño toda la noche. En ese momento es cuando se transformó en una pantera en busca de ese gol, como si tuviese que pedir perdón por haberlo fallado, se sentía culpable.
La bestia redobló esfuerzos y no se conformó con no marcar. Su ahinco en buscar la portería del Austria de Viena, a veces rayando el ansia y el egoismo, fue notable. Cosas de delanteros. Pero en una jugada, cuando todos pensaban que esta vez se iba a ir sin marcar, Diego lo volvió a hacer. El brasileño anotaría el cuarto, en el minuto 82, tras un disparo lejano que rebota en un defensa y se introduce en la portería. Lo celebró con rabia cómo si la clasificación a octavos pendiera de ese disparo, y eso es algo que saca una sonrisa a Simeone, su mayor admirador. Nunca se conforma, nunca se rinde. Este Atleti empuja y empuja al rival hasta el pitido final. Nadie puede puede parar hoy por hoy a la pantera y, mucho menos, asustarla; el jugador está hecho de otra pasta y eso es algo que enamora al aficionado atlético. A Diego Costa le han hecho falta dos partidos para convertirse en el máximo goleador del equipo en Champions y lo mejor es que aún podremos ver cómo asalta más porterías en, al menos, cuatro partidos más. ¡Qué continúe la fiesta, estamos en Octavos de Final!
En el Atlético de Madrid jugaron: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Gabi, Tiago (Guilagovi 55’), Koke (Cristian Rodríguez 65’); Raúl García, Diego Costa y Adrián (O.Torres 45’)
El colegiado Istvan Vad (Hungría) no amonestó a ningún jugador rojiblanco.
Escrito por Antonio Rodríguez @nonorp
Foto: Tania Delgado @TD_Fotografia