El solvente. El tallo belga es una de las incorporaciones más exitosas a un grupo de jugadores dónde es francamente difícil entrar y competir para ganarse el puesto. Emre, Baptistao, Guilavogui, Cata, Giménez o los canteranos Domínguez, Saúl, Oli o Rúben Pérez pueden dar testimonio de lo complicado que es conseguir minutos y rendir en este grupo compacto y formado. Ese es el primer mérito del central de la selección belga, su capacidad para jugar sin desentonar.
Ha tenido un muy buen primer año. Ha jugado 19 partidos e incluso ha logrado marcar dos goles. Ha aportado un recambio de garantías para que descansaran Godín o Miranda sobre todo o para cubrir sus bajas por sanción o lesión. El polivalente defensa (también puede jugar como lateral derecho como lo hace en la selección belga) se muestra contento de haber aterrizado en un equipo campeón. Ni el cambio del país, ni el cambio de campeonato, ni elevar el nivel de exigencias parecen haber pasado factura a Toby que en su primera campaña podemos decir que se ha adaptado de manera excelente.
La competencia por el puesto es máxima pero su rendimiento en goles es idéntico al de los titulares del Atlético en su primera campaña (que hoy forman una de las mejores parejas de centrales del mundo). Un central ágil, rápido y con gran pegada en ataque, muy del gusto de las defensas todocampistas de Simeone. El complemento perfecto a un equipo formado que necesita fondo de armario de primer nivel. Sólo lleva una temporada pero muestra signos de que es un jugador con un gran futuro por escribir aquí. Porque Alderweireld ha venido para que Bélgica siga su idilio de rojiblanco, el diablo rojo Toby es un héroe del Cholismo.
Ricardo Menéndez [social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/rickyam» target=»on» ]https://twitter.com/rickyam[/social_link]
Fotografía: Tania Delgado [social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/TD_fotografia» target=»on» ]https://twitter.com/TD_fotografia[/social_link]