Al Atlético de Madrid se le escaparon dos puntos del Calderón en un momento en el que ganar se antojaba más importante que la mera suma de los tres puntos ligueros. Ganar hoy en día para los colchoneros significa tranquilidad. Y es que la afición se ha acostumbrado a celebrar goles y victorias. Se toma por natural algo que no lo es. La labor del Cholo estos años al frente del equipo es extraordinaria. Echen la vista atrás, piensen en Gregorio Manzano, en Quique Sánchez Flores o en Cesar Ferrando y comparen. Cierto es que la exigencia debe ser mayor ahora que el equipo a vuelto a la élite, pero no se debe caer en la crítica fácil.
Ante el Celta el Atleti no jugó mal, se encontró con un gol en contra fruto de la casualidad y en menos de veinte minutos lo remontó gracias a la estrategia. Es decir, el trabajo del equipo sigue ahí. En la segunda parte un penalti discutible dio el empate a un Celta que al abandonar el Calderón miró el videomarcador para comprobar que, en efecto, habían empatado. A pesar de la ofensiva rojiblanca por lograr el empate que no llegó, la afición silbó a los suyos en algunos momentos y se mostró distante en algunas fases del encuentro. Ayer el Calderón no ayudó a lograr la victoria como en tantas ocasiones antes.
Es cierto que la defensa no parece tan férrea ni el ataque tan feroz como al comienzo de la temporada pasada, pero es que ni los jugadores ni la situación son los mismos. Con un ataque renovado que exige que el equipo se aproxime al área rival de otra forma y con una planificación física distinta, el equipo no está logrando sacar los partidos adelante con solvencia. Y la afición se queja. A veces con razón, como en el cambio de Griezmann, que fue el mejor del partido. En otras ocasiones, en cambio, los silbidos de la afición evidencian una falta de criterio. Está claro que Raúl Jiménez no es Hugo Sánchez (aunque seguramente le gustaría), pero no es menos cierto que el mexicano ayer peleó y trabajó como el que más. No estuvo acertado, pero el otro Raúl (García) debe servir de ejemplo para él y la afición. Su trabajo no siempre fue valorado, pero finalmente tuvo recompensa y la hinchada tuvo que cambiar pitos por aplausos. Raúl Jiménez no ha demostrado nada, pero su trabajo está ahí, el Cholo y sus compañeros confían en él. La afición debería hacer lo mismo. Ya se ha dejado patente que su gusto pasado por el blanco molesta, ahora toca dejar que trabaje. Tiempo habrá para ajusticiarle. Igual que queda tiempo para que este Atleti se reajuste y disfrute de su pico de forma. No nos pongamos nerviosos por dos malos resultados. Por cierto, miren la clasificación, el equipo sigue en la parte alta.
Iván Fuente[social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/ivanindetapia» target=»on» ]https://twitter.com/ivanindetapia[/social_link]
Fotografía: Tania Delgado [social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/TD_fotografia» target=»on» ]