La indignación se ha apoderado de la afición del Atlético de Madrid. Y no es para menos. El Córdoba C.F. ha sacado un comunicado en el que pone a la venta las entradas para el encuentro que disputarán en El Arcángel el equipo local y los rojiblancos el sábado 4 de abril. La sorpresa ha llegado desde dos vertientes en forma de tratamiento desigual que ha encendido el enfado de la afición. Una vez más, una masa social que empieza a estar verdaderamente cansada, sufre una persecución que parece no tiene final.
Si eres atlético y quieres ver a tu equipo en Córdoba, debes saber de antemano que para ello tendrás que abonar 70 euros en la zona acondicionada para la afición visitante en el Estadio andaluz. 70 euros, que es un precio más caro del que los rojiblancos pagarán para ver los cuartos de final entre Atlético y Real Madrid, tanto en el Vicente Calderón como en el Bernabéu. Una cifra irrisoria y ridícula que lo único que va a ocasionar es que el club del Manzanares no tenga representación en Córdoba, y que un club en una situación tan delicada deje de percibir una importante suma de dinero (dado que el desplazamiento no es muy lejano ni incómodo). Pero hay más, por supuesto que hay más.
El comunicado del Córdoba C.F. termina con el siguiente esclarecedor párrafo: «En cumplimiento de la normativa vigente, los aficionados que compren entradas para zonas no habilitadas como visitantes y que porten elementos que les identifiquen como seguidores del Club Atlético de Madrid, no podrán permanecer en ellas y podrían ser desalojados de las mismas sin posibilidad de reubicación en otros lugares del Estadio». ¿Que normativa vigente es esa? ¿Acaso una ley marcial?
Esto quiere decir que, a diferencia del partido de la primera vuelta, los cordobeses aficionados al Atlético de Madrid, cualquier andaluz rojiblanco que quiera acercarse, o cualquier colchonero que se desplace pero no tenga 70 euros para poder colocarse en la grada visitante, no podrá portar ninguna simbología de su club. Y, por su puesto, ninguna camiseta rojiblanca. Una medida más propia de guerras que de fútbol.
Una medida absolutamente desproporcionada que, como cuentan los propios aficionados cordobesistas indignados, no se dio, por ejemplo, en la visita del Real Madrid al Arcángel. Una medida, que duda cabe, absolutamente reprochable que ensucia a un club honesto como es el Córdoba. Un equipo que llegó en noviembre al Vicente Calderón y que fue recibido con total armonía. Una afición que dio una auténtica clase de saber estar. Tanto los que estuvieron en la zona visitante, como las decenas de aficionados cordobesistas que se mezclaron por lo ancho y largo del Calderón junto a colchoneros que no pusieron ninguna mala cara.
Es una más, y no será la última, de los que se está cargando el deporte a velocidad de crucero. Atrás quedan cánticos, ambiente, rivalidad, y un sin fin de anécdotas que hacían del fútbol un espectáculo sin igual. Lejos quedan esas gradas bulliciosas y esos campos complicados para el enemigo.
Desconozco si LFP o el propio Córdoba (con su presidente socio del Real Madrid al mando), saben que se están cargando otra de las glorias de este deporte: compartir con armonía un partido de fútbol. Sí, un partido de fútbol. Porque no es nada más que eso.
Si todo esto va camino de poner una gotita más en la criminalización a una AFICIÓN ejemplar, que quiero creer que no, lo están consiguiendo. Señor Tebas, y compañía sabed estáis matando al fútbol. Váyanse de una maldita vez, por favor. Porque si lo que quieren es a campos vacíos o con seres inertes como en un teatro; si quieren que los aficionados no vayan al campo y se suscriban a canales de televisión para llevárselo muerto; si es por alguna de estas razones, algún día les explotará en la cara. Y espero que sea más pronto que tarde.
Imanol Echegaray [social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/ima_etxega» target=»on» ]https://twitter.com/ima_etxega[/social_link]
Fotografía: Club Atlético de Madrid