He de reconocer que salvo a falta de una hora para el partido, más concretamente cuando las alineaciones salieron a la luz, mi cuerpo no había desarrollado ningún síntoma relacionado con los nervios. Quizá que me hubiese tragado algo de anestesia del dentista de ayer tuvo algo que ver, pero productos químicos aparte, le atribuyo esa calma a una serie que me ha tenido obsesionado durante esas semanas de eliminatorias europeas, The Wire. Viendo un capítulo horas antes de las 20:45 de ayer, Jimmy McNulty, uno de los protagonistas, soltó una frase que se me quedó grabada y que sabía que iba a usarla, pasase lo que pasase: «Pueden masticarnos, pero tendrán que escupirnos«.
Nos hemos convertido en un hueso duro, un hueso que ya ha hecho pasar muchas malas jugadas. Esta vez nos masticaron, pero algo es indudable, somos hueso. Algo impensable hace años cuando eramos una mera gominola. Cholismo como calcio para nuestro armazón.
No creo que la frase más apropiada para esos días duros como el de ese miércoles (ya queda tan lejos, que sólo queda mirar al futuro) sea «en las buenas y en las malas». Esto de malo no tiene nada. Cruel, mucho; malo, cero. Sólo ocho equipos en toda Europa han llegado hasta finales de abril y uno de ellos ha sido el Atleti, disfrutar de unos cuartos de final sólo puede verse con una sonrisa. Y todo por segundo año consecutivo, más calcio. Un hueso que no se destroza: podrán masticarnos, vencernos, pero tendrán que escupirnos. 178 minutos para que el Real Madrid, el rey de Reyes, nos escupiese. Como diría esa cantante que tiene nombre de prenda de primavera: duros de pelar.
No me detengo en si el planteamiento fue el ideal o no, me detengo en el camino, miro hacía atrás, veo lo logrado, veo lo competido y esbozo un gesto amable por lo que vendrá. Lo que te rondaré, morena. Porque el gen atlético renació con Simeone y la era de la oscuridad ya finalizó. Ahora la era triunfadora ya ha dado a luz, aún le queda algo por florecer, pero el camino ya está hecho. El «Simeone hasta 2020» es ese camino marcado. Dos veces consecutivas en cuartos gracias a Diego Pablo cuando en sesenta años de Copa de Europa (actual Champions) tan sólo lo habíamos logrado en seis ocasiones.
De momento en Europa somos un mal trago, pronto seremos un atraganto mortal. Podrán masticarnos, pero con Simeone tendrán que escupirnos y eso les cuesta y les costará mucho. Eso es sinónimo de grandeza. El gen ganador sigue floreciendo. McNulty llevaba razón.
Marco González Fragueiro [social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/Mr_Markoo» target=»on» ]https://twitter.com/Mr_Markoo[/social_link]
Fotografía: Esto Es Atleti