Verano de 1970. El fútbol en España cada vez es más profesional y los compromisos regulares de los clubes toman poco a poco una mayor cuota de importancia y de responsabilidad. El Atlético de Madrid, con Marcel Domingo dirigiendo su banquillo, decide otear el futuro por primera vez en su historia y valora la posibilidad de formar jóvenes futbolistas en el seno de la entidad. De esta manera, la dirección deportiva rojiblanca tendría en su mano la oportunidad de dar relevo a futbolistas como Rodri, Melo, Adelardo, Ufarte, Luis Aragonés, Capón u Ovejero, miembros de la plantilla de aquella temporada, sin la necesidad de sumergirse en el mercado de fichajes.
En aquellos tiempos, cuando aún no había entrado en vigor ninguna regulación con respecto a los clubes asociados o filiales, un club formado por jóvenes futbolistas acumula varias temporadas en su haber con más que interesantes participaciones en el fútbol madrileño. Se trata del Reyfra Atlético de la O.J.E., club patrocinado por una empresa del sector del reciclaje y asociado durante la última etapa década de los 60 al Rayo Vallecano.
Las buenas actuaciones del Reyfra Atlético, hizo que lograra escalar hasta la parte alta de la tabla de la Tercera División, comienzan a ser un quebradero de cabeza para la directiva del Rayo, incapaz de compaginar ambas entidades tanto deportiva como económicamente. La cordialidad reinante entre las dirigencias vallecanas y atléticas terminan por concretar lo que para el Atlético de Madrid fue el gran fichaje del verano y, posiblemente, de la década: el del Reyfra Atlético.
El primer movimiento de la directiva rojiblanca fue el de denominar a su nuevo filial como Atlético Madrileño. Fruto del interés que el club del Manzanares depositó en la creación de su propia cantera, permitió a su nuevo equipo disputar sus compromisos como local en el Vicente Calderón, situación que se extendería hasta 1995.
El Atlético MAdrileño Fue campeón de segunda División en 1983
Los resultados del Madrileño no tardan en llegar y de la mano de Máximo Hernández logran el ascenso a Segunda B en 1977. El filial, gracias a su quinto puesto en la liga regular, logró un billete para la novedosa categoría de bronce fundada ese mismo verano. Tres temporadas más tarde, en la 79/80, hacen lo propio para alcanzar la categoría de plata con Joaquín Peiró al mando de la nave rojiblanca. En 1983 lograría su mejor clasificación histórica tras alzarse con el campeonato de Segunda División, hito que estuvo muy cerca de repetirse en 1998 ya bajo la bandera del Atlético de Madrid B, denominación adquirida en 1992, y con el Cerro del Espino como hogar habitual.
En la actualidad, el filial rojiblanco pelea por reverdecer sus laureles. Tras perder la categoría la pasada campaña, el Atlético de Madrid B volverá a pelear en los terrenos de juego de Tercera División por primera vez desde la temporada 1976/77, aunque lo hará por primera vez bajo el presente nombre. Para tratar de regresar a la Segunda B, los rojiblancos tendrán que igualar los registros logrados en las temporadas 71/72 y 72/73, cuando el Madrileño finalizó en tercera y segunda posición respectivamente. Eso sí, en ambas ocasiones perdió los playoff. Esperemos que la suerte cambie esta temporada.