El Atlético de Madrid dio un golpe sobre la mesa tras golear al Sevilla a domicilio. Los rojiblancos demostraron sus credenciales en el Ramón Sánchez Pizjuán gracias a una nueva demostración de que este equipo está muy bien trabajado tácticamente.
Uno de los principales argumentos del Sevilla en su estadio es el de contragolpear de forma fulgurante por ambas bandas, más si cabe con la presencia de un nueve de referencia como lo es Fernando Llorente. Para minimizar el peligro de las acometidas locales, el Atlético debía trabajar como un acordeón para mantener el bloque compacto y reducir los espacios. En la fotografía se puede apreciar como el Atleti opta por una presión balanceada en equipo.Una vez recuperado el balón, los de Simeone debían encontrar la forma de hacer daño al Sevilla sin permitir que los hispalenses se recolocasen defensivamente. No obstante, el contragolpe no fue el único arma utilizada por el Atlético, quien también fue capaz de llevar la batuta del partido durante muchos minutos de la primera mitad. Para ambas situaciones, llegar con efectivos a los últimos metros era clave. En cada jugada de ataque, el poseedor del balón contaba con varias opciones de pase.
En el segundo tiempo, con el resultado a favor, el Atlético se parapetó atrás para defenderse con todo de los constantes intentos del Sevilla por empatar el partido. No bastaba con defender por acumulación, si no que debía hacerlo con calidad. Para ello, las ayudas en la presión volvían a ser fundamentales. Aún así hay aspectos a mejorar, sobre todo cuando el cansancio se va acumulando en las piernas.
En el tramo final del partido resolvió el Atlético con un recurso que la parroquia del Calderón venía echando en falta y que parece que volverá a disfrutar: los disparos lejanos. Gabi y Jackson sentenciaron el partido con sendos golpeos desde fuera del área. Ambos aprovecharon la permisividad local o una defensa muy hundida para hacer sos goles.
Fotografía: Atlético de Madrid // SkySports