OPINIÓN. Dice mi novia, que es mucho más inteligente y despierta que yo (por algo a menudo se cuestiona que hace conmigo) que las cosas hay que valorarlas, aprovecharlas y cuidarlas. Como en casi todo, tiene razón. Me niego a darla la razón absoluta cuando es bética y no aprecia la alegría de los colores rojiblancos. Pero eso es otro tema. El caso es que leyendo todo el revuelo con respecto a Simeone me he acordado de ella. De lo que siempre dice.
El contrato de Simeone se puede acabar mañana mismo. Si él dice que se va, se va. Y punto. Tenga que pagar un millón o veinte. Él no se va a quedar en el Atleti si no quiere estar ahí. El bendito problema es que él quiere estar en la ribera del Manzanares. Y eso es lo que cuenta, lo que se debe de aprovechar y lo que hay que cuidar. Partido a partido, como manda el Cholismo. Alex Ferguson se pasó media vida en el United porque Old Trafford era él y él era Old Trafford. Wenger, que ha situado al Arsenal donde nunca estuvo, fue el Emirates (leasé Highbury en pretérito perfecto simple), mientras hubo simbiosis. Si las cosas se tuercen se cuidan, si se tienen se aprovechan y se valoran. Simeone podría elegir equipo y plantilla donde ir, pero elige esta maravillosa locura llamada Atlético de Madrid. Elige oir cada quince días a sus brigadas rojiblancas en el Calderón empujando al equipo. Elige sentir. Y de eso se trata. En el mismo momento en que Simeone firmó reducir su nuevo contrato eligió quedarse en el Calderón. Vino como un parapeto, otro más, de la directiva y ya lleva cuatro años y medio de rojiblanco. ¿Recuerdan cuando pasó eso por última vez en el Atlético de Madrid? Nunca.
Vino como un parapeto de la directiva y ya lleva cuatro años y medio de rojiblanco. ¿Recuerdan cuando pasó eso por última vez en el Atlético? Nunca.
Y seamos claros. Simeone pidió a Costa y le han traído a Gameiro. Volviendo al simil con mi novia, es como si me la llevo de vacaciones al pueblo de mi madre. No tiene porque salir mal, pero no es lo que quería. Para evitarse eso, el Cholo ha querido coger la sartén por el mango. O me cuidáis, me respetáis y me valoráis o me voy. Y, como dijo anoche Cerezo en EsRadio, ya está.
El problema es el nerviosísmo en la parte noble del Calderón ejemplificado anoche por Cerezo. Lo de comprar reales a cuatro pesetas ya no cuela. Nunca debió, pero hasta ahora les había funcionado. La sanción les dejará remanente para en 2018 echar el resto por lo que el Cholo pida. Justo cuando deben demostrar que valoran, cuidan y respetan lo que tienen. Falta año y medio y ya están nerviosos. A mi novia no le gustaría eso. Y ella siempre tiene razón.