El Atlético de Madrid C despertó a tiempo, justo a tiempo. Esa sentencia describe a la perfección la campaña realizada por los colchoneros en Tercera División. Un año que comenzó con metas muy altas y que terminó con los canteranos pidiendo la hora. Finalmente acabaron con cincuenta puntos, cinco por encima del descenso, que dejaron un buen sabor de boca a la conclusión de una temporada rara para la familia colchonera.
El campeonato comenzó bajo la tutela de Óscar Mena. A pesar de que varios jugadores fueron subidos a la disciplina del B, el técnico argentino contaba con un buen plantel, un grupo muy joven con una calidad al alcance de muy pocos. Carlos Ramos fue el encargado de llevar la manija de este equipo y, de no ser por él, este equipo no seguiría en la categoría. Sus goles en las últimas jornadas dieron vida al Atleti C, sobre todo ese tanto para enmarcar en el minuto noventa frente al Aravaca CF que supuso un punto de inflexión para lanzarse por la salvación. Un jugador polivalente que seguramente el próximo año vuelva a estar a las órdenes de Mena, pero esta vez en el segundo equipo.
A principio de temporada todo eran buenas noticias ya que los rojiblancos contaban los partidos por victorias. Es más, se llegó a especular que estos jugadores podrían finalizar la temporada en puestos de ascenso. Pero la cruda realidad llegó a principios de diciembre. Los pupilos de Mena no conseguían enlazar dos victorias consecutivas y los empates o derrotas eran cada vez más habituales, su fútbol se fue apagando y las caras de desolación eran el pan de cada día en estos jovencísimos jugadores. La inexperiencia o la inseguridad jugaron en más de una ocasión una mala pasada a la defensa, el centro del campo no terminaba de funcionar y muchos jugadores solían mostrar mucha mejor cara en los partidos de UEFA Youth League que en el campeonato de Liga de Tercera División. A ésto, se sumó la marcha de Mena al Atlético B provocando la llegada de un nuevo técnico, Javier García. El cambio de entrenador no mejoró la situación y se llegaron a enlazar un total de 14 partidos sin ganar, obteniendo solamente 7 puntos de 42 posibles.
Un tramo final impecable
Los canteranos asimilaron el ‘partido a partido’ y empezaron a disputar cada encuentro como si fuese el último. Eso, acompañado del gran momento de forma de Carlos Ramos en el centro del campo y de los goles de Kofi (nueve en toda la temporda), la cosa mejoró. De seis finales ganaron cuatro y empataron dos. Una de ellas, la que supuso un punto de inflexión para el equipo, tuvo lugar en casa de uno de los rivales por la permanencia. El tanto de la victoria anotado por Ramos en el último minuto fue toda una inyección de moral. Así, los chicos de García llegaron a la última jornada de Liga dependiendo de sí mismos, una victoria les daba la salvación. No fallarón.
El Atlético de Madrid C cierra un año un tanto difícil a nivel deportivo pero que, finalmente, consiguieron salvar la categoría y recuperar las sensaciones de juego. Es posible que jugadores como Ramos, Borja, Kofi o Calero den el salto definitivo al segundo equipo, pues pese a tener 19 años en el terreno de juego parecen unos verdaderos veteranos. El equipo técnico deberá comenzar a trabajar cuanto antes para que este equipo y esta afición no pasen por ese mal trago que atravesó a mitad de temporada. A pesar de todo, el Atlético de Madrid C ha tenido final feliz.
Antonio Rodríguez[social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/nonorp» target=»on» ]https://twitter.com/nonorp[/social_link]
Fotos: Club Atlético de Madrid.