El depredador del área. Diego Costa, al igual que el Atleti, estuvo perseguido por la sombra del ‘ya caerá’ una y otra vez, los visionarios seguían alimentando a la bestia sin saber que sus críticas era una motivación para el de Lagarto. Han querido destronarle, dibujar una pelea cerrada de dos astros sin pensar que la Pantera tenía un plan para esta temporada: hacer historia. Hizo oídos sordos y desde su primer gol al Sevilla empezó a anotar un tanto, otro, otro, otro y otro. Incansable. Indomable. El equipo lo llevó en volandas y, por si no quedaban satisfechos, comenzó a transformar goles con la espuela, con saltos voladores o chilenas al más puro estilo Van Basten. De otra época. Ha recibido patadas de todos los colores, faltas criminales e, incluso, ha sido atacado por algún que otro palo enemigo, pero al delantero eso no le afecta porque para él no hay mayor revancha que la de celebrar un gol con la elástica rojiblanca.
Es un hombre sencillo, alegre y bromista con compañeros y periodistas; pero a la vez puede ser tan serio y frío como para decidir jugar con la selección española el Mundial de Brasil. Un reto a la altura de Costa. Nadie le ha regalado nada, muchos le atacaron por su fuerte carácter en el césped y sus batallas con los defensas; ahora, entienden que se enfrentan a un jugador caliente, intenso y que si le das una oportunidad te aniquila. Así es Diego Costa, el soldado más peligroso de Simeone, una bestia en un cuerpo de jugador que es capaz de destrozar cualquier registro. El ariete está convencido de hacer más glorioso al Atlético, sin duda es uno de los principales héroes del Cholismo.
Antonio Rodríguez[social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/nonorp» target=»on» ]https://twitter.com/nonorp[/social_link]
Fotografía: Tania Delgado[social_link type=»twitter» url=»https://twitter.com/TD_fotografia» target=»on» ]https://twitter.com/nonorp[/social_link]